Es en el fracaso mismo; es en la oscura senda de su frustración y de su engaño; es en la materia deleznable, en la tierra friable, en la arena lábil; es en lo voluble, en la mudanza, en la blanda carne amenazada, donde el hombre halla el firme suelo de sus sueños.
Mito que el corazón añora y adivina, que el hombre ignora; pero que tal vez su terco fervor no desearía si no fuese prometido a su ardiente posesión.